La evaluación de la Formación
Cívica y Ética
La medición del impacto de la Formación
Cívica y Ética en los ámbitos semipúblicos de la familia y la escuela, así como
en el ámbito público-ciudadano
La evaluación de la Formación Cívica y
Ética en México corre paralela respecto a diversas áreas de formación en la
educación básica: un desarrollo lento y tardío.
Los estudios basados en encuestas señalan
la educación como una variable explicativa de la cultura política, por lo que
suelen considerar el nivel de estudio de los sujetos involucrados.
Los docentes de asignaturas afines a la
educación ciudadana se muestran favorables a la misma y consideran que el
contar con mejores materiales, oportunidades de capacitación y más carga
horaria contribuiría a una mejor educación cívica.
Actualmente se encuentra en curso el
Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana organizado, también, por
la IEA. En dicho estudio participan 38 países, de los cuales seis son
latinoamericanos: Chile, Colombia, Guatemala, México, Paraguay y República
Dominicana. A este estudio se agregan algunos países del continente asiático.
Este estudio recupera el marco conceptual del CIVED, pero contempla una
organización distinta; ahora son tres tipos de dominio: de contenido,
afectivo-comportamental y cognitivo,que se organizan en subdominios.
En cuanto a los tipos de ítems planteados
para este estudio, se formularon cinco tipos:
1. Conocimientos de contenidos
2. Habilidades para la interpretación
3. Comprensión de conceptos de civismo y ciudadanía
4. Actitudes hacia contenidos y conceptos de civismo y ciudadanía
5. Acciones de participación cotidianas y esperadas, relacionadas con la actividad política
1. Conocimientos de contenidos
2. Habilidades para la interpretación
3. Comprensión de conceptos de civismo y ciudadanía
4. Actitudes hacia contenidos y conceptos de civismo y ciudadanía
5. Acciones de participación cotidianas y esperadas, relacionadas con la actividad política
Consideraciones finales
Puede afirmarse que la evaluación en el ámbito de la formación cívica y ética considera desde sus inicios, con el estudio de Almond y Verba (1963), la exploración de aspectos tanto conceptuales como actitudinales. Este paralelismo se identifica en los estudios internacionales y nacionales y, en menor medida, en las pruebas nacionales. Los principales asuntos que se exploran en las evaluaciones van desde las características del sistema político, donde se explora información sobre su estructura y funciones básicas, hasta habilidades más complejas sobre los rasgos que asume y requiere jugar en la consolidación de la vida democrática de un país.
Puede afirmarse que la evaluación en el ámbito de la formación cívica y ética considera desde sus inicios, con el estudio de Almond y Verba (1963), la exploración de aspectos tanto conceptuales como actitudinales. Este paralelismo se identifica en los estudios internacionales y nacionales y, en menor medida, en las pruebas nacionales. Los principales asuntos que se exploran en las evaluaciones van desde las características del sistema político, donde se explora información sobre su estructura y funciones básicas, hasta habilidades más complejas sobre los rasgos que asume y requiere jugar en la consolidación de la vida democrática de un país.
Se precisa conocer el papel que la
familia, las organizaciones sociales, los partidos políticos y los medios de
comunicación pueden tener en la formación ciudadana de los alumnos que cursan
la educación básica. Dentro de la escuela, también es necesario considerar con
detenimiento el ambiente para la convivencia, las normas, el ejercicio de la
autoridad, el uso de los espacios de asociación y de participación de los
alumnos, así como el grado en que se respetan sus derechos.
La evaluación de las competencias
En relación con la evaluación de los
aprendizajes, los autores señalan la necesidad de superar el enfoque
predominante de la evaluación centrada en el producto del aprendizaje,
concebida como la medición resultante de la comparación con una norma esperada,
de tal forma que sea posible realmente apreciar la evolución del progreso del
estudiante y comprender la naturaleza de las dificultades encontradas.
Asimismo, estos autores plantean que la finalidad de la evaluación debe ser la
de mejorar, corregir o reajustar el avance en el aprendizaje del alumno y que
la autoevalua.
Cuando el objetivo de la evaluación es la
toma de una decisión, es necesario que ésta se acompañe de criterios bien
explicitados y actualizados por medio del uso de indicadores. Los criterios
deben ser pertinentes (componentes esenciales de la tarea), independientes (el
fracaso en uno no entraña, automáticamente, el fracaso en otro), poco numerosos
(competencia global y factibilidad) y jerarquizados (criterios mínimos y de
perfeccionamiento).
Los criterios son nociones abstractas que
sólo pueden evaluarse por medio de indicadores: índices observables y
cuantificables del desempeño. No se puede hacer depender la evaluación del progreso
en las competencias, de una simple aritmética de suma y promedio de puntos.
En la evaluación para el aprendizaje se
concibe que la evaluación es un medio para el aprendizaje y la educación
escolar, en el que se dedica mucho más tiempo a la planeación y preparación de
la enseñanza e impartición de clases que a la evaluación.
La formulación de estándares de Formación
Cívica y Ética
El propósito de la evaluación en el salón
de clases es apoyar el aprendizaje de los estudiantes y que los docentes lo
valoren a partir de lo que los alumnos(as) pueden y saben hacer, utilizando
esta información para realizar los ajustes pertinentes en su formación, ya sea
de manera individual, para determinado grupo de alumnos o para todos los
miembros de la clase. Bangert-Downs et al. (1991), Crooks (2001) y Tunstall y
Gipps (1996) mencionan que, para llevar a cabo una evaluación de este tipo, es
necesario establecer una estrategia de retroalimentación descriptiva que debe
enfocarse en:
• los aprendizajes que los estudiantes han logrado y los que no han logrado, incluyendo las mejoras al trabajo anterior o inicial;
• explicaciones a los alumnos sobre los aciertos y errores en sus productos de aprendizaje durante el proceso del aprendizaje mismo y no al finalizar un periodo;
• identificar y poner en práctica estrategias o técnicas de aprendizaje con las que el trabajo y los productos generados por el alumno pueden mejorarse;
• pedir a los estudiantes sugerencias sobre las formas en las que consideran que pueden mejorar su desempeño escolar.
La evaluación en la enseñanza por competencias favorece el aprendizaje del estudiante; este tipo de evaluación se denomina evaluar para aprender. Es un proceso que intenta interpretar las evidencias del trabajo desarrollado por los alumnos, para que estos mismos y los maestros puedan decidir dónde se ubica su desempeño, en relación con las competencias que se pretenden lograr en el curso, y qué se necesita para continuar y mejorar dichos aprendizajes.
• los aprendizajes que los estudiantes han logrado y los que no han logrado, incluyendo las mejoras al trabajo anterior o inicial;
• explicaciones a los alumnos sobre los aciertos y errores en sus productos de aprendizaje durante el proceso del aprendizaje mismo y no al finalizar un periodo;
• identificar y poner en práctica estrategias o técnicas de aprendizaje con las que el trabajo y los productos generados por el alumno pueden mejorarse;
• pedir a los estudiantes sugerencias sobre las formas en las que consideran que pueden mejorar su desempeño escolar.
La evaluación en la enseñanza por competencias favorece el aprendizaje del estudiante; este tipo de evaluación se denomina evaluar para aprender. Es un proceso que intenta interpretar las evidencias del trabajo desarrollado por los alumnos, para que estos mismos y los maestros puedan decidir dónde se ubica su desempeño, en relación con las competencias que se pretenden lograr en el curso, y qué se necesita para continuar y mejorar dichos aprendizajes.
Los estándares han sido creados y
adoptados por diversos países del mundo con la intención de:
• elevar el rendimiento académico de los alumnos;
• indicar a los estudiantes y profesores el tipo de logro que es posible obtener si se invierte un esfuerzo importante;
• enfatizar el valor que la educación puede tener en el futuro éxito académico de los alumnos;
• promover el mejoramiento de la instrucción y la cooperación entre profesores, y
• motivar a los estudiantes y profesores para que tengan aspiraciones más altas en su trabajo escolar y desarrollen actividades cooperativas y colaborativas.
• elevar el rendimiento académico de los alumnos;
• indicar a los estudiantes y profesores el tipo de logro que es posible obtener si se invierte un esfuerzo importante;
• enfatizar el valor que la educación puede tener en el futuro éxito académico de los alumnos;
• promover el mejoramiento de la instrucción y la cooperación entre profesores, y
• motivar a los estudiantes y profesores para que tengan aspiraciones más altas en su trabajo escolar y desarrollen actividades cooperativas y colaborativas.
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